Tienen Pedro Sánchez y su cuadrilla la cara de cemento armado.
Supongo que saben que la penúltima trola de esta pandilla de maleantes es que van a acabar con la prostitución, para lo que proponen condenas de hasta 3 años de prisión y multas que podrían llegar a los 3.000 euros a los clientes de las ‘pilinguis’.
Que el partido más putero de Occidente, el de Roldán en calzoncillos, el del Tito Berni y sus orgías, el de los diputados socialistas que escogían compañía de fornicio por folleto a los postres de la comilona en el ‘Ramsés’, nos salga ahora con esto, es para partirse la caja.
Casi tan de chiste como la ocurrencia de los pisos de alquiler.
Al comienzo de esta legislatura infame, el ministro Ávalos, que lo era de Fomento y ahora se hace millonario como comisionista del chavismo y otros facinerosos, declaró que aumentaría el parque de viviendas sociales en 100.000.
No hizo una sola y Sánchez, ahora que llegan elecciones, proclama que va a arreglar el problema con los 50.000 pisos del SAREB, el banco malo que se quedó con los inmuebles que nadie quería durante la crisis de Zapatero.
También impulsando la construcción de vivienda protegida.
Debería añadir a ese anuncio otro, puntualizando que en 4 años no ha construido ni una.
Franco, entre 1961 y 1975, levantó más de cuatro millones de casas sociales, que son fáciles de reconocer porque bastantes conservan en la fachada la placa del viejo Instituto Social de la Vivienda. Se pagaban en 8 años con los sueldos de entonces.
No se si han caído en la cuenta de que, desde que falleció el dictador en una cama del Hospital de la Paz, la izquierda -el PSOE en solitario o con Podemos y otros malandrines- ha gobernado durante 25 años, incluyendo los últimos cuatro de Sánchez
¿Y ha arreglado algo?
No, pero a eso se suman otras ignominias.
Una es que La Moncloa sabe que su anunció es mentira, simple propaganda, porque miles de las viviendas del SAREB son inhabitables o están en mitad de la nada.
Otra, más grave, es que como compañeros de viaje en su Plan Habitacional, Sánchez, además de los golpistas de ERC, lleva a los proetarras de Bildu, que de pisos francos para terroristas y zulos para secuestrar saben un montón, pero que de hogares para gente decente no tienen ni puñetera idea.