Buenas Noches DW Documental

2023-03-18 2

En solo dos generaciones hemos perdido 90 minutos de sueño. ¿Cómo es esto posible?
La omnipresencia de la luz azul ante nuestros ojos a toda hora, la existencia de las redes sociales y la necesidad de "estar conectados" todo el tiempo, los trabajos por turnos, con turnos prolongados o en diferentes zonas horarias, la ansiedad originada por la hiperestimulación en la que constantemente vivimos, la falta de actividad física y la mala alimentación, entre otros factores relacionados con el estilo de vida contemporáneo, han ocasionado en nuestros días una epidemia de trastornos del sueño sin precedentes, especialmente en las sociedades industrializadas.
En el reportaje que esta vez les presentamos, podemos apreciar cómo las consecuencias de esta masiva falta de descanso a nivel social son diversas y pueden llegar a ser graves a mediano y largo plazo. En primer lugar aparecen los problemas más inmediatos y evidentes: el insomnio crónico y la adicción a las benzodiacepinas y otros medicamentos similares prescritos para inducir el sueño de manera farmacológica.
Y es que no solo se trata de andar somnoliento durante el día, eso es lo de menos. Según los médicos y otros especialistas entrevistados, la cuestión más importante es que acumular durante meses y años varias malas noches a la semana, incrementa significativamente los riesgos de padecer enfermedades como la obesidad, la hipertensión, el cáncer, el Alzheimer y otras dolencias que en las últimas décadas se han disparado y son ya un dolor de cabeza para los sistemas de salud, de seguridad social y laboral.
Para satisfacción del espectador, en este trabajo de investigación periodística no solo se aborda el problema sino también algunas esperanzadoras soluciones, tips muy básicos al alcance de todos para mejorar la calidad del sueño, mucho más seguros y baratos que un somnífero. Algunos de ellos son: alejarse de las fuentes de luz azul durante la noche, comer lo más saludable posible evitando las comidas nocturnas copiosas, practicar deportes con frecuencia y ejercicios de meditación para mantener la atención plena, entre otras.
Acciones sencillas y aparentemente tan pequeñas como estas, pueden ayudarnos a sincronizar nuestro reloj biológico y a descansar así mucho mejor, sin necesidad de cambiar de trabajo, de casa, de familia, ni de acudir a medicamentos que nos narcoticen. Incluso tomar una siesta de 30 minutos durante el día, puede ser una buena herramienta para mejorar nuestra capacidad de concentración, memoria, razonamiento y hasta la creatividad.
Finalizado el reportaje, nos deja una innegable conclusión: hay que dormir bien, pues mientras dormimos el cuerpo se desintoxica, se autor-repara, se sincroniza con los ciclos de la naturaleza y por tanto, se prepara para tener una siguiente jornada exitosa.