El 90% de los animales acogidos en la Protectora ALBA son perros de caza. "Llegan llenos de heridas, delgados, con problemas de salud, pero, sobre todo, psicológicos", comenta a 'Público', Carolina Corral, creadora de esta organización. Varios de los galgos que viven en el refugio comparten un pasado hostil, estaban encerrados en casa de "El vampiro de Humanes", un señor que tenía cerca de 200 animales en una finca a los que "sacaba la sangre haciéndose pasar por veterinario" para después vendérsela a otras clínicas. Hace 25 años que Carolina fundó esta protectora para defender los derechos de los animales pero, ahora, la nueva Ley de Bienestar Animal excluye a los perros de caza: "Lógicamente no vamos a abandonar a los animales, como han hecho los políticos que los han abandonado completamente", sentencia.