Nos hemos acostumbrado a que los juegos siempre tienen que ser lo más grandes y ambiciosos posibles, lo que a menudo lleva a que las desarrolladoras se estrellen intentando alcanzar un objetivo a todas luces imposible.
Sin embargo, juegos como Warhammer 40K Space Marine nos demostraron que la mejor forma de acercarse a este tipo de desarrollos era completamente distinta. No hay que apuntar a todo, sino centrarse en un puñado de mecánicas que puedas explotar de principio a fin.
Lo que en primer lugar olía a un Gears of War de Hacendado no tardó en convertirse en un magnífico juego de culto con muchas razones para ser jugado si aún no lo has hecho. Tal y como verás en el vídeo, esto es mucho más que una colección de fachas espaciales partiendo orcos por la mitad.