“Se está derrumbando poco a poco”, cuenta uno de los niños mientras mira su escuela. Él y sus compañeros reclaman a las autoridades atención para mejorar las condiciones de su segundo hogar, cuya pared fue reemplazada por calaminas.
La unidad educativa Lucio Velasco que se ubica en no tiene muro perimetral, tampoco tinglado, las gradas están deterioradas, los techos de los cursos tienen fisuras, lo que genera goteras y los baños no tienen agua ni puertas.