Las encuestas sonríen al PP y Feijóo parece ir viento en popa hacia La Moncloa.
Prueba del optimismo que reina entre los populares y de lo frívolos que son algunos políticos, es que ya han empezado hasta a repartirse puestos como si a nosotros nos importase un comino que la próxima ministra de Consumo sea Carmen Navarro o Carla Toscano.
Lo que queremos los sufridos ciudadanos es que el centroderecha deje de hacer el pazguato, aparque vanidades y se centre en la urgente tarea de echar del poder a Pedro Sánchez y a estos capullos de la Coalición Frankenstein.
Pues en esas estábamos cuando me entero de que la popular Cuca Gamarra se reúne con el socialista Bolaños, para pactar una revisión de la Constitución y retocar el artículo 49, retirando la expresión ‘disminuido’ y sustituyéndola por ‘persona con discapacidad’.
Sobre el papel, todo muy loable y bienintencionado, pero en la práctica una prueba más de que los del PP son unos pardillos de remate.
¿No se han enterado en Génova 13 de que el acuerdo Gamarra-Bolaños supone abrir de par en par la Constitución a los separatistas catalanes, los proetarras vacos y los chavistas de Podemos?
El PP dice que va a exigir garantías escritas de que solo se tocará lo de ‘disminuido’.
Hay que ser lelos.
Al margen de que con los socios de Otegi y los amigos de Junqueras no se puede ir ni a heredar, llama la atención de que no sean conscientes de que Sánchez, llegado el momento, hará lo que le de la gana y más le convenga, como pactó con Bildu tras jurar que no lo haría o indultó a los golpistas, tras prometer que cumplirían las sentencias.
Al margen de eso, Sánchez y el PSOE no pueden garantizar nada a Feijóo y el PP, porque la propia Constitución establece que una décima parte de los diputados pueden obligar a celebrar una consulta sobre cualquier reforma constitucional.
Bastan 35 parlamentarios y Bildu, ERC, PNV, Compromis, BNG, Junts y colegas suman esa cifra. Y en el peor de los casos, tirarían de Podemos.
No se si el PP se ha enterado de que el PNV presentó hace un par de semanas enmiendas para incluir el derecho de autodeterminación en la Constitución, eliminar el artículo 155, rebajar la inviolabilidad del Rey y que las Fuerzas Armadas dejen de ser garantes de la integridad territorial de España.
El partido de Puigdemont ya ha introducido otra para reclamar una ley de amnistía.
Dios quiera que a Feijóo o a alguno de los genios de su entorno se le encienda la luz antes de dar vía libre a la apertura del melón constitucional, porque nos la pueden meter doblada.
Vale señores del PP que quieran ir de centristas, moderados y dialogantes, pero no se puede jugar a la ruleta rusa con España.
Desde El País, la Cadena SER, TVE, La Sexta y la bancada de enfrente les van a llamar fachas hagan lo que hagan, así que mejor digan no bien alto y trabajen para ganar las próximas elecciones.