El desfile, la parada militar con la que el miércoles se conmemoró, como cada 12 de octubre, la Fiesta de la Hispanidad, terminó por aclararnos algunos aspectos que ya sospechábamos de la personalidad del 'figura' Pedro Sánchez. No es el menor de ellos, aparte de la rabia y de los celos que siente por la figura del Jefe del Estado, que no tiene lo que hay que tener para aguantar los abucheos del personal.
Felipe González y José María Aznar lo hubieran aguantado, aunque a ellos no les pitaron... Zapatero y Rajoy sí que demostraron más cuajo cuando les tocó. Esta fue la razón por la que mantuvo esperando al Rey más de un minuto, para ver si amainaba la tormenta de chillidos y de silbidos, aunque lejos de ello lo que hizo fue arreciar. ¡Con qué carita miraba Margarita Robles al 'figura', aunque no sabemos si estaba arrobada o lo que le estaba dando era la risa. Creo que lo que se despertó en ella fue, tal vez, el instinto maternal.
El desfile del 12 de octubre fue, por lo demás, el mejor espejo de que España es ya un país en Almoneda. Un país en subasta, en el que ya todo se regala y que se cae a pedazos. Faltaban cinco ministros, faltaba el presidente del CGPJ porque acaba de dimitir... y por no haber no había ni cabra de la legión porque era un borrego.