Si la cosa no estuviera tan cruda, hoy tendríamos que empezar cachondeándonos de la enfermiza obsesión que el Gobierno Sánchez tiene con el sexo.
Porque no se si saben que Irene Montero se ha gastado 20.000 euros de nuestros impuestos en analizar si las mujeres tienen más orgasmos en pareja o masturbándose.
El estudio, que recuerda los que publican regularmente condones Durex y afines, da para muchas coñas, pero no voy a entrar en detalles, porque lo que me preocupa de verdad es cuánto tiempo vamos a tener que soportar todavía a esta chusma.
Los de Podemos, ERC, Bildu y cómplices no se han visto en otra y tragan y tragarán lo que haga falta para seguir disfrutando del chollo sanchista.
Así, que asuman que los tendremos encima por lo menos otro año.
Y no se confíen, porque estos facinerosos albergan la esperanza de renovar el Gobierno Frankenstein, abrazados al PSOE.
Se lo acaba de decir Pedro Sánchez, explicándoles que la ‘formula peronista’, por ruinosa que resulte, puede funcionar si se manejan bien los subsidios para comprar voluntades.
Los Presupuestos anunciados este martes por el tándem PSOE-Podemos, no están diseñados para responder a la crisis económica o frenar la inflación, sino para comprar votos.
La fórmula es un desastre para España, pero a Sánchez le da igual, porque su único objetivo es repetir como presidente, aunque sea por los pelos.
Me viene a la memoria el editorial de El País del 1 de octubre de 2016, donde los ahora sumisos sanchistas del Grupo PRISA definían a Sánchez como “un insensato sin escrúpulos”.
Ahora te llaman facha, por decir eso, pero es imposible encontrar una etiqueta más ajustada.
El tipo, consciente de que endeuda a los españoles para varias generaciones, usará el pastizal que sacan de la cartera a las cada día más atribuladas familias españolas, para pagarse la campaña.
Una campaña en la no pisará la calle.
A finales del pasado agosto, el PSOE anunció que Sánchez protagonizaría 30 actos callejeros para ‘reconectar con La Gente’.
Pues la han suspendido y sustituirán esos actos, en los que los ciudadanos pitaban al líder socialista y le gritaban ‘que te vote Txapote’, por montajes cerrados con militantes fieles.
A pesar de tanta mangancia y tanta caradura, el incompetente Sánchez perderá las elecciones, entre otras razones porque un político que ya no puede mirar a los ojos a la gente de su país no merece gobernarlo.