La situación no podía ser más sorprendente: una hora después de que México realizara un simulacro de terremoto como parte de la conmemoración de los potentes sismos que en los años 1985 y 2017 golpearon el país, un fuerte temblor de 7,7 grados en la escala de Richter (según el último ajuste del Servicio Geológico Nacional) desató el pánico en varios sectores de la capital y otros estados del centro del país.
El epicentro de este nuevo terremoto se localizó a 59 km al sur de Coalcomán (estado de Michoacán), en la costa del Pacífico y hasta ahora, según reportó el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, "una persona falleció por la caída de una barda (muro) de un centro comercial en Manzanillo (estado de Colima)".
Por su parte, autoridades del estado de Michoacán, donde se originó el terremoto, no reportaban víctimas al cierre de este informe, mientras que pobladores señalaban daños materiales menores.