Pedro Sánchez y su multitudinario Gobierno, viendo lo mal que les van las cosas en las encuestas e incapaces de hacer frente a problemas como la inflación, han decidido convertir a Alberto Núñez Feijóo, en el objetivo de una masiva campaña de insultos, descalificaciones y falacias.
Viendo la crisis económica y energética, lo coherente sería tratar de paliar el desempleo y el empobrecimiento, pero Sánchez solo intenta presentar al líder de la oposición como un peligroso ‘extremista’ comparándolo con Donald Trump, se le ha presentado como un rehén de la ultraderecha y se le tilda de negacionista. Esto no solo resulta chistoso, sino también describe al líder socialista y a su cuadrilla.
Aunque la inmensa mayoría de la gente solo piensa en la nefasta gestión de un Gobierno fracasado en todos los índices que miden el bienestar de una sociedad: la tasa de desempleo es la peor de Europa, el esfuerzo fiscal no ha dejado de subir, el poder adquisitivo se ha reducido cerca de un 11 por ciento y ninguna otra economía europea se ha desplomado así ni está tardando tanto en recuperar sus niveles habituales.