Eduardo Espinal tiene 12 años y nació en una familia de escasos recursos de Comayagua, a unos 80 km de la capital de Honduras. Dos de sus hermanos emigraron y su padre se gana la vida sacando arena de un río para vender a constructores y su madre es ama de casa. Él es un apasionado por cortar el pelo y pidió a sus padres que lo ayudaran a montar una barbería, para poder ayudar a su familia.