Lo que comenta, serio como una pared, Alberto Núñez Feijóo es de puro sentido común.
No es de recibo que Pedro Sánchez, el presidente socialista que predica moderación en el consumo y saca atropelladamente leyes para prohibir a los españoles que conecten los aparatos de aire acondicionado o enciendan las luces, se encarame a la vez en un helicótero Superpuma y pase de ahí al Falcón oficial, para irse de vacaciones a rascarse la barriga.
Hay que predicar con el ejemplo o al menos intentarlo, sobre todo si vives a cuerpo de obispo en La Moncloa y gastas a cuenta del sufrido contribuyente.
Por cierto que el citado Sánchez, en una parición relámpago en esa isla de Lanzarote donde disfruta de la vida y el presupuesto, rodeado de más escoltas que el tirano norcoreano Kim Jong-un, calificó este 9 de agosto de 2022 al PP de «partido negacionista».
No está mal viniendo del presidente que cuando ya teníamos covid hasta en las cejas organizaba los mogollones sectarios del 8-M, desdeñaba la mascarilla y contaba con una vicepresidenta económica que vaticinaba que el virus resultaría irrelevante.
Un mandatario que el 4 de julio de 2020 dio la pandemia por zanjada y nos animó a «disfrutar de la nueva normalidad»(cuando nos esperaban seis olas más).
Un gobernante que hasta ha negado las cifras reales de muertos.
La nueva consigna monclovita es hacer oposición a la oposición, síntoma claro de que el líder del PSOE anda tocado y ya presiente que será hundido en cuanto convoque elecciones generales..