Pedro Sánchez está ya de salida. Llevamos ya semanas, días, insistiendo en ello. Cada vez está más cerca el final. como cantaba Joaquín Sabina en una de sus más emblemáticas canciones: 'Y hubo tanto ruido, que al final llegó el final'. Lo que no sabemos es si lo va a aguantar España. No es la primera vez que presenciamos un traspaso de poderes entre socialistas y populares en la historia reciente. Allá por 1996, Felipe González, al que todos ahora veneran como gran 'hombre de Estado', dejó las arcas vacías. Dejando aparte otros horrores de aquel período que concluyó en 1996, GAL, robo y saqueo por doquier de las arcas del Estado, no había siquiera dinero para pagar las pensiones. Cuando llegaron Aznar, Rato, Cascos, Rajoy Mayor Oreja y Trillo al poder, tuvieron que pedirle un crédito al Banco de Santander de don Emilio Botín (hoy Banco Santander de su hija, doña Ana Patricia) para hacer frente a aquella obligación. Los socialistas, es cosa sabida, ni tienen vergüenza, ni la han tenido nunca, ni la conocen.
Repasemos, siquiera someramente, la ejecutoria pública del 'figura', antes de que desfile de una vez y para siempre del poder. Sánchez es un tipo que apenas ha cotizado en su vida a la seguridad social, que copió su tesis doctoral, es decir, que esta es falsa, llegó al poder traicionando -como tantos en política- traicionando a sus compañeros, votó a favor de la estafa de las llamadas preferentes a su paso por Caja Madrid, De puro inútil, a su paso por Intereconomía, hoy llamada el Toro TV, no se le permitía ni siquiera participar en la tertulia estrella de por las noches. De él se decía que era un tertuliano de cuarta. El azar, la suerte, una audacia incontrolada... y otras cosas, poderes que le apoyan, le colocan en disposición de convertirse en el presidente del Gobierno de España, responsabilidad desde la cual comienza a pactar con secesionistas, golpistas catalanes y nostálgicos de ETA, además de colocar a amigos personales al frente de algunas instituciones clave del Estado. Unan a esto que ha incrementado la deuda pública española en 18.000 millones y la ha colocado en un 120 por ciento del PIB del Reino de España y ha puesto patas arriba nuestra política energética. De la 'Ley de Memoria "etarra"', qué quieren que les diga. Quieren devolverles ahora los 'honores' en sendas calles de Madrid a Largo Caballero y a Indalecio Prieto, cuyos escoltas asesinaron en 1936 a uno de los líderes de la oposición: José Calvo-Sotelo. Unas placas que retiró el Ayuntamiento de la capital en cumplimiento, precisamente, de ese texto legal.