Lo de este tipo es de circo. Y lo de los millones de españoles, dispuestos todavía votar a su favor, es para hacérselo mirar, pero en el psiquiatra.
Antes de seguir, quiero que presten atención a esta foto que La Moncloa ha subido a sus redes sociales y bajo la que el propio Pedro Sánchez escribe: “El cambio climático mata”.
Al margen de que lo que mata es la incompetencia de un gobierno de señoritos progres, que prohíbe limpiar los montes a los vecinos, que impide a los pastores sacar sus rebaños y que destina 40 veces más dinero a las mamarrachadas contra el machismo de Irene Montero y su pandilla, que en prevenir incendios, coincidirán conmigo que ese posado marcando paquete, se las trae.
Hay que tener escaso sentido del ridículo y muy poca vergüenza.
Ni el sumiso Fernández Vara, sudando tinta y rodeado de agentes de la Guardia Civil, pudo frenar el abucheo que algunas víctimas del fuego, vecinos de la abrasada Extremadura, dedicaron al líder del PSOE cuando se presentó a ponerse medallas, justo después de hacerse esa foto infame ante las cenizas del Parque de Monfragüe.
Sánchez llegó a la escena en un aparatoso helicóptero.
Esa es la otra, porque Sánchez el ‘ecolojeta’, el socialista que pontifica sobre cambio climático, tiró de Falcon oficial, Super Puma militar y Audi A8 presidencial para su breve turne propagandística.
Ignoro lo que contaminan el avión, el helicóptero y el coche, pero seguro que muchísimo más que los tractores, las vacas y las ovejas de los agricultores, ganadores, pastores y cazadores extremeños que se acordaban de su madre.
El monte arde porque hace un calor que atontolina y está tan seco y descuidado como las meninges de Sánchez y de esa cuadrilla empeñaba empeñada en proteger antes a la avutarda o al lobo que al ser humano.