La tensión por el conflicto y los temores sobre el abastecimiento de materias primas provenientes de Rusia impulsaron los precios del petróleo a un máximo en casi diez años.
La invasión de Ucrania llevó a la Unión Europea y a Estados Unidos a imponer duras sanciones a Moscú, lo que alimenta la preocupación de que se interrumpan las exportaciones energéticas rusas.