Hace poco más de un año, el presidente Joe Biden pidió al Congreso una legislación para prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad. También solicitó un sistema efectivo de verificación de antecedentes antes de la compra de un arma de fuego. Nada ha cambiado, a pesar de que la mayoría de los estadounidenses están a favor de algún tipo de control. Pero en el Congreso está paralizado por la polarización y, aparentemente, no hay ni espacio para el debate. ¿Qué puede cambiar con esta nueva masacre?