Dolido, decepcionado y sobre todo, muy cansado. Así está Francisco Rivera que, después de 37 años con la esperanza de que Isabel Pantoja les entregase a él y a Cayetano alguno de los enseres personales que les legó su padre, ha tirado la toalla. Unas demoledoras declaraciones sobre las que el hijo de Isabel Pantoja guarda, por el momento, un absoluto y extraño silencio. Y a su lado, la siempre fiel Irene Rosales que prefiere seguir en un segundo plano de la polémica.