Las neuronas espejo se disparan de la misma forma cuando realizamos una acción que cuando observamos a alguien realizarla. El hecho de que nuestro cerebro reaccione igual, explica el aprendizaje por imitación, la emulación y también la empatía, ya que vivimos la acción de otro como nuestra y nos ayuda a comprenderla. La primera vez que se descubrieron las neuronas espejo fue en el contexto de la experimentación con animales, concretamente con monos. El equipo de Rizzolatti las identificó por primera vez en la especie Maccaca nemestrina y se localizaron en la corteza premotora, la cual está especializada en planificar, seleccionar y ejecutar movimientos. Tras el descubrimiento en monos, se han realizado varias investigaciones en seres humanos con el objetivo de conocer si también las poseemos y si tienen relación con el aprendizaje, la imitación y la empatía.