Todos, hasta sus más fieles, han acabado por retirarle su apoyo y convencer a quien ha sido durante tres años y medio el máximo responsable del primer partido de la oposición, que lo mejor para él, para su formación y para la política española era su retirada inmediata y la de su hasta ahora "número dos", Teodoro García-Egea.
Casado ha aceptado por fin las presiones, con un grupo parlamentario partido en dos y tras la dura y desagradable reunión de varias horas de su comité de dirección en la que todos los dedos apuntaron a Egea como responsable de la catástrofe.
En opinión de Sergio Fidalgo y Mar Díaz Gamero, todo esto podría haberse evitado y la situación no se hubiera podrido si la decisión hubiera sido tomada el fin de semana.