En momentos de peligro, las glándulas suprarrenales producen adrenalina, la hormona del estrés. Estrógenos y testosterona influyen en nuestra sexualidad, la dopamina y la melatonina en nuestro ritmo de sueño y vigilia. De ataques de hambre a penas de amor: las hormonas controlan los procesos del organismo.