Ni un triste coche de Policía.
Los inmigrantes marroquíes que iban a bordo del avión de Air Arabia, aterrizado de emergencia en Palma de Mallorca la tarde noche del 5 de noviembre de 2021, tuvieron todas las facilidades del mundo para escapar de la aeronave y del recinto aeroportuario.
Pese a la excepcionalidad que siempre acarrea que un vuelo tenga que alterar su hoja de ruta, en este caso por una urgencia sanitaria, aunque finalmente fue una burda artimaña, sorprendió el hecho de que no se produjera una vigilancia mínima para evitar lo que acabó siendo una realidad.
Una veintena de marroquíes aprovechó la confusión generada por la atención médica a un viajero para, en cuanto se abrieron las puertas del avión, salir como posesos del mismo y echar a correr por las pistas del aeropuerto de Palma.
Los pasajeros que se quedaron dentro del avión no daban crédito a la estampa que se estaba produciendo.
Aquello parecía la estampida de unos elefantes que corrían como posesos, con la diferencia de que no eran paquidermos ni precisamente el escenario era la selva, sino un aeropuerto de talla internacional.
Muchos grabaron con sus móviles la escena y se puede apreciar como los fugados contaron con todas las facilidades del mundo para escapar por las pistas del aeródromo mallorquín y poder saltar sin mayores dificultades las vallas que perimetran el mismo.
El bochorno para el Ministerio del Interior, en concreto para su titular, Fernando Grande-Marlaska, es de los que dejan marca indeleble.
Y es que, tal y como la oposición, con PP y VOX a la cabeza, han señalado, fallaron todas las medidas de seguridad en el aeropuerto de Palma y aún 12 de los 24 inmigrantes marroquíes no han podido ser localizados y se teme que alguno se encuentre ya alojado en domicilios de amigos o familiares.