Antes de conocer al príncipe Harry, Meghan Markle residía en una fantástica casa situada en Hancok Park, en la ciudad de Los Ángeles, un tiempo en el que la duquesa de Sussex era conocida como la actriz que encarnaba a Rache Zane, en la serie Suits, y a Amy Jessup, una agente especial en Fringe.
Al ver esta bonita casa, se aprecia que a la norteamericana le iban bastante bien las cosas antes de emparentar con la Familia Real británica. Sencillez, mucha luz, elegante decoración y las líneas rectas, son algunas de las características de este enclave en el que habitó la mujer del nieto de la reina Isabel II. Vamos a traspasar sus puertas.
Además de en Inglaterra, donde Meghan Markle se estableció como duquesa de Sussex junto al príncipe Harry, concretamente en Frogmore Cottage, junto al Castillo de Windsor, la entonces actriz ha vivido en Toronto y en Los Ángeles. En esta segunda ciudad de Estados Unidos, justo en esta maravillosa mansión, paso una época en la que estaba centrada en el mundo artístico. Ahí residió hasta 2013 con su ex marido, el productor de cine Trevor Engelson, poniéndose a la venta en el verano de 2019, con un precio de 1,6 millones de euros.
La edificación, de estilo colonial, tiene una blanca fachada en la que se aprecia un porche con dos columnas que dan paso a la entrada principal, tal y como mostraba la inmobiliaria cuando la puso a la venta. Con bastante amplitud y espacios abiertos, cuenta con 600 metros cuadrados en un emplazamiento inmejorable. Distribuida en dos alturas, tiene cuatro dormitorios y tres baños, un gran salón en el que se aprecian los suelos de madera que reinan en toda la casa. Tanto la pintura como los muebles son de tonos claros, por eso resaltan en el ambiente las telas y tapicerías de cortinas o cojines con las que se busca el contraste de colores. Otro de los detalles más atrayentes es que la cultura está presente con las obras de arte que se muestran en varias de las estancias.