Cuando parecía que el Gobierno no podía dar más vergüenza ajena y ser más repulsivo, van y lo consiguen. Y con creces. La vergüenza del Gobierno Sánchez, saben ustedes, no tiene techo. Esta semana veíamos al brazo político de la banda terrorista ETA, Bildu, cuyo líder y varios diputados han pasado por la cárcel por pertenecer a la banda terrorista y por ser cerebros de asesinatos, secuestros…, sentado con el Gobierno de Sánchez; esto es, con un Partido Socialista que ya ha perdido toda moralidad, toda vergüenza y se ha convertido en el títere de los etarras y de los golpistas. Y todo por mantenerse unos días más en La Moncloa. Y eso no es lo peor de todo. Lo peor es que el partido del sanguinario Henri Parot pidió que se ilegalizase al partido de Ortega Lara, tal y como lo expresó Santiago Abascal. No solo les ha bastado con asesinar e infundir el terror sino que ahora su brazo político pide ilegalizar a un partido en el que hay víctimas de ETA y que las defiende a capa y espada. Y el PSOE sonriendo. Ya ni se esconden. Al menos, en esa primera foto con Bildu aparecían con caras largas, ahora ya ni tratan de esconder su cercanía y simpatía con aquellos que han promovido recientemente el homenaje al hijo de perra Henri Parot.