Mao Zedong, (romanización de Mao Tse-tung), falleció el 9 de septiembre de 1976 en Beijing, tras pasar a la historia como uno de los líderes mundiales más sangrientos. Se ha conjeturado que su política provocó 70 millones de muertes en tiempos de paz.
Mao Zedong fue un teórico marxista y totalitario. Las amplias reformas urbanas y agrarias que promulgó a lo largo de su liderazgo, a través del primer plan quinquenal de China (1953-57), el Gran Salto Adelante (1958-60) y la Revolución Cultural (1966-76), tuvieron consecuencias desastrosas para pueblo y economía de China. Mao recurrió a tácticas cada vez más autoritarias para mantener el control principal sobre la trayectoria de su país.
El maoísmo es la doctrina formulada por Mao Zedong y sus asociados. La vertiente particular de la teoría revolucionaria de Mao tomó de las tradiciones marxista, leninista y estalinista, pero también se adaptó culturalmente al pueblo chino.
El gobierno que lo sucedió comenzó a desmantelar muchas de las políticas que Mao había puesto en marcha como presidente de la República Popular, en algunos casos mientras Mao aún estaba vivo: la agricultura de China fue descolectivizada, por ejemplo, y su economía continúa siendo remodelada para ser más favorable al libre comercio. Esto no necesariamente ha eliminado algunas de las prácticas más autoritarias del gobierno chino que, incluso después de la muerte de Mao, continúa censurando sus medios de comunicación, encarcelando a disidentes sin juicio y reprimiendo protestas.