"Es lo mismo", decía Cristina Fallarás con una rotundidad que seguramente ni la propia Montero se atrevería: "yo he acompañado a muchas mujeres en España cuando iban a denunciar, y por eso sé que es lo mismo", olvidando que para comparar que es lo mismo tendría que haber ido a acompañar a mujeres afganas a hipotéticos tribunales talibanes contra la violencia machista que no parecen abundar.
Se puede hacer una larga lista de los periodistas que fueron serios e hicieron trabajo riguroso durante años para acabar luego como tertulianos-espectáculo. A la Sra. Fallarás llegó a los segundo sin pasar por lo primero. Teatraliza hasta tal exceso que nadie la toma en serio. Reducida a friki-teatrera de tertulias. Despertaría más compasión si no fuera porque pretende apropiarse de una causa tan importante como la de la igualdad que, afortunadamente, tiene muchas voces que no necesitan hacer teatro para exponer sus ideas.