En agosto de 2018 la Comunidad de Madrid cerró la emblemática parada con el objeto de convertirla en "la referencia del Metro del siglo XXI". Los trabajos iban a durar ocho meses y la infraestructura iba a estar lista para las elecciones autonómicas de 2019. Pero las prisas, una mala planificación y el hallazgo de restos históricos se cruzaron por el camino.