Chile eligió a los responsables de redactar una nueva Constitución que elimine definitivamente todo vestigio del régimen de Augusto Pinochet presente aún en la actual Carta Magna de la nación, promulgada en 1980.
Lo más resaltante del proceso electoral, es que los chilenos han castigado a las clases políticas tradicionales y han votado mayoritariamente por candidatos independientes, quienes serán los encargados de redactar la nueva Constitución.