Vuelta a la casilla de salida. En este juego de negociaciones, la investidura de Pere Aragonès para llegar a ser presidente de la Generalitat continúa en el aire.
A tan solo 12 días de que expire el plazo para ser investido y evitar una repetición electoral, Esquerra Republicana sigue jugando sobre un tablero muy frágil.
Tras anunciar Aragonès el pasado fin de semana que gobernaría en solitario, las negociaciones con Junts per Catalunya se dieron por muertas. Entonces movió ficha con Comuns, pero pocas horas después firmaba un documento de mínimos con las fuerzas independentistas impulsado por la CUP.
Respuesta de Comuns a esta estos movimientos: No jugamos si Junts per Catalunya sigue en la partida.
Pero Aragonès sabe que sin los votos de Junts no habrá investidura. Como lo sabe también el partido de Puigdemont.
El candidato a presidir la Generalitat intenta llegar a la casilla de salvados y urge a no desperdiciar los votos independentistas para que el PSC de Salvador Illa no entre en juego.
Si en 12 días no se desencalla la jugada, los catalanes volverán a las urnas.
