Oussama y Abdo, resistir después del centro de menores

2021-04-21 1

David Casasús
Valencia (España), 21 abr (EFE).- Abdo y Oussama son dos jóvenes con una vida paralela. Con 16 años salieron de la misma ciudad marroquí para llegar a España en patera y han estado tutelados por las mismas administraciones. Sin embargo, al cumplir 18 años y dejar el centro de menores afrontan perspectivas distintas ya que uno logró vivienda y un contrato y espera un "futuro brillante", pero otro trabaja sin papeles en el campo y no espera nada del futuro.
España, junto con Italia y Grecia, son los países europeos donde mayoritariamente los niños y niñas migrantes no acompañados hacen su entrada al deseado continente, según un informe de Unicef. La Fiscalía General del Estado apuntaba que España contaba a finales de 2020 con 9.283 menores inscritos en el registro, aunque un informe posterior del Defensor del Pueblo denunciaba “la escasa fiabilidad” de estos datos, en parte por el baile de cifras de las distintas administraciones.
Al margen de la cifra real de cuántos menores no acompañados llegan a España cada año, lo cierto es que estos adolescentes han puesto a prueba el sistema de acogida español, ya que, si bien muchas comunidades autónomas han reforzado sus programas de ayuda, una gran parte de ellos se encuentran en situación de desamparo al cumplir los 18 años y tener que dejar los centros de menores donde han estado acogidos.
Oussama y Abdo son dos finales distintos de esa situación, a pesar de haber seguido un trayecto paralelo hasta acabar en la Comunidad Valenciana. Ambos tienen 19 años, son marroquíes y crecieron en la misma ciudad, Beni Mellal, en la zona centro del país, de donde salieron con 16 años dejando a sus familias para llegar a España en busca de un sueño. Aunque no se conocían, uno y otro hicieron el mismo recorrido, un trayecto en patera que muchos no acaban y que les ha marcado como la experiencia más traumática de sus jóvenes vidas.
Oussama es el segundo de cuatro hermanos, es alto, de piel morena y una mirada triste que penetra cuando habla. Su padre murió de cáncer cuando él tenía solo 11 años, momento en el que, junto con su hermano de 13 años, se hizo cargo de la pequeña tienda de alimentos que regentaba su padre. Al mismo tiempo estudiaba y trabajaba en el campo recogiendo granadas u olivas o simplemente quitando hierbas, trabajos con los que la familia intentaba llegar a fin de mes.
Abdo tiene 4 hermanos también, y como Oussama también es el segundo. Con pelo rizado, la tez blanca y los ojos grandes, su mirada es limpia y clara, habla 4 idiomas (español, árabe, francés e italiano) y cuando se expresa transmite ilusiones y ganas de comerse el mundo. En Marruecos iba al instituto, pero siempre veía un futuro muy incierto, por lo que dejó de estudiar para trabajar de soldador.
Los dos jóvenes decidieron con 16 años abandonar su país por caminos separados, subirse a una patera para buscar un futuro mejor y pasar uno de los viajes mas oscuros que recuerdan. Tanto uno como otro pagaron por el viaje del infi