En este último año, Tierra Santa ha sido puesta a prueba por la pandemia que ha paralizado a todo el mundo. A pesar de la situación, hemos continuado custodiando los Santos Lugares de nuestra redención y a la pequeña comunidad cristiana que todavía resiste aquí.
En el Santo Sepulcro, en Getsemaní, en Belén, en Nazaret y en el resto de santuarios hemos intensificado nuestra oración por el mundo entero.
En las parroquias hemos continuado ocupándonos de los cristianos de lengua árabe, hebrea y griega, de los migrantes trabajadores extranjeros y de los refugiados.
A través de las escuelas de Tierra Santa unos 10.000 niños y jóvenes han podido tener una buena educación.
Se ha intensificado el compromiso caritativo para salir al encuentro de las necesidades esenciales de poblaciones afectadas —además de por la pandemia— por la guerra y la falta de asistencia social y sanitaria.
Todo esto tiene un coste que se cubre en gran parte gracias a la Colecta del Viernes Santo.
Este año, más que nunca, necesitamos de la generosidad de los cristianos de todo el mundo, de la generosidad de cada uno de vosotros y vosotras.
Ayúdanos un año más, según vuestras posibilidades, según la generosidad de vuestro corazón, para que podamos ayudar a quien más lo necesita.
Ayúdanos a ayudar, y que el Señor os bendiga y recompense a cada uno de vosotros.
Imágenes: Christian Media Center