Montevideo, 17 mar (EFE).- Los "gurises (chicos) kamikaze", así estigmatizados por sus guardias, con problemas de convivencia en la prisión más conflictiva de Uruguay y sometidos a condiciones muchas veces por debajo de la dignidad humana, dieron ejemplo de compromiso y pusieron el brazo masivamente para vacunarse contra la covid-19.
Estos jóvenes, siempre señalados pese a que muchos de ellos no están privados de libertad por delitos graves, caminan entre ratas y sufren un hacinamiento que lleva décadas sin resolverse -hasta el punto de que muchos deben dormir en el helado piso de hormigón-.
Imágenes: Santiago Carbone
Edición y locución: Annia Hidalgo Vargas.