Miguel Ángel Revilla pasa para ser de los políticos más mediáticos, y al mismo tiempo deslenguados del panorama español. El presidente de Cantabria a menudo pasea su cara amable por El Hormiguero, haciendo bromas y siendo uno de los invitados que más veces ha ido al programa. Sin pelos en la lengua, dice lo que piensa y acostumbra a levantar ampollas con sus reflexiones. Pero Revilla también tiene otra cara. Una vertiente más malhumorada que no duda en dejar salir cuando algo lo saca de quicio. Y ahora se lo ha visto en plena efervescencia.
Revilla no tolera que nada de lo que salga de su Cantabria querida pueda ser criticado. Tampoco, el comportamiento de sus vecinos. Y en Santander se las ha tenido de lo lindo con un hombre que increpó al presidente en funciones, Pedro Sánchez. El socialista y el regionalista comían juntos en un restaurante de la ciudad y al salir del coche para ir a la cita con Revilla, un hombre le llamó 'Hijo de puta' a Sánchez... Y Revilla se sulfuró de mala manera. "¡Compórtate, me siento avergonzado de tí"!, le lanza al ciudadano, que se justifica diciéndole que "lo que tiene que hacer él es levantar España y no reírse de todos nosotros". Pero el presidente de Cantabria ya estaba embalado y no había quien lo parara: "¡Mecagüendiez, no insulte! ¡Hay que ser educado, me cago en la leche"!.
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