Con la excusa en esta ocasión de mostrar su 'solidaridad' con el rapero Pablo Hasél, encarcelado por enaltecimiento del terrorismo, una turba de radicales ha vuelto a convertir numerosos puntos de Cataluña en auténticos campos de batalla, en los que no respetan nada ni a nadie. A pesar de ello, hay vecinos que están dispuestos a plantarles cara para proteger sus viviendas, aunque para ello tengan que poner en riesgo su integridad física y soportar una auténtica lluvia de insultos y amenazas.