Cepillarnos los dientes tres veces al día, pasarnos el hilo dental, usar colutorio y… ¿comer? El secreto de la salud de nuestra boca puede estar en la nevera. Algunos alimentos pueden ayudar a prevenir enfermedades de dientes y encías, actuar frente a la placa (combatiendo las bacterias) e incluso refrescar el aliento.
Todos sabemos que la alimentación es un factor clave en nuestra salud, salud que la mayoría de las veces, comienza por la boca, “ya que muchas enfermedades y patologías son causadas por previos problemas bucales”, indica el doctor Iván Malagón, especialista en Ortodoncia y Estética Dental y director deIván Malagón Clinic.
Para una dentadura saludable sabemos que debemos restringir alimentos muy ricos en azúcar y bebidas carbonatadas, no fumar ni beber alcohol. Pero poco más. Sin embargo, lo que nos metemos en la boca, no sólo influye en nuestro estado de salud general, también afecta a la de nuestros dientes y encías”, subraya la Asociación Dental Americana.
Igual que hay alimentos que debemos consumir con moderación o directamente evitar, hay otros que tienen cualidades muy beneficiosas para nuestra boca, nuestros dientes y nuestras encías.
El peor enemigo de los dientes es el ácido, directamente contenido en la comida y la bebida, o producido por las bacterias orales como reacción a los alimentos ricos en azúcar. Los mejores amigos de la boca son alimentos que neutralizan los ácidos, nos proveen de vitaminas y minerales y ayudan a estimular la producción de saliva.
Existe una clara relación entre los malos hábitos alimentarios y las enfermedades dentales. La comida rápida o los alimentos precocinados son claros ejemplos de esta relación: su alto contenido de azúcares y otros hidratos de carbono favorece la proliferación de las bacterias y la formación de caries.
Como recomendación general, la alimentación diaria debe ser rica en dos componentes esenciales para la salud de dientes y encías: el flúor, que es un factor protector frente a la caries y ayuda a reforzar el esmalte y la estructura dental, y el calcio, que es necesario para mantener la mineralización de los dientes. La Organización Mundial de al Salud recomienda consumir unos 800 mg de calcio diariamente a los adultos y 1.200 mg para los niños en etapa de crecimiento, mujeres embarazadas y mayores de 50 años. Si no se consume calcio suficiente el organismo lo extraerá de los huesos. Esto favorece la osteoporosis y la enfermedad periodontal.