La última cumbre del año de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se ha saldado con importantes acuerdos en materia económica y climática, gracias al pacto que desbloquea el presupuesto comunitario y el fondo de recuperación y al nuevo objetivo de reducción de emisiones, pero también ha servido para constatar que un Brexit sin acuerdo comercial entre Bruselas y Londres es cada vez más probable.