El estado venezolano, a lo largo del período revolucionario encabezado por el Comandante Chávez logró hacerse de un importante sector de la economía en forma de propiedad estatal, a pesar de la hegemonía que la burguesía y sus formas de propiedad privada conservan sobre la mayor parte de la economía venezolana.
En torno a la planificación, gestión y organización del sector estatal de la economía, en el marco de un proyecto de transición al Socialismo se ha debatido mucho, como en la Unión Soviética lo hicieron en los años '20, Bujarin, Preobrazensky y un grupo de militantes revolucionarios en torno la relación entre planificación y mercado y la política para industrialización; o como ocurrió en Cuba en los años '60 con Carlos Rafael Rodríguez, Charles Bettelheim, Ernst Mandel, el Che Guevara y otro grupo de revolucionarios que se concentraron en un gran debate, profundo e irreverente, donde se abordaron los aspectos esenciales de la Economía Política de la transición al Socialismo. Sin embargo la discusión está lejos de agotarse.
Las inquietudes, desacuerdos y contradicciones propias de un debate de esta magnitud trascienden históricamente y reaparecen en la Revolución Bolivariana de la mano del Comandante Chávez, quien comienza a hilar fino en los aspectos relativos a la edificación del orden socialista.
Frente al problema de la planificación y la gestión de las empresas socialistas, el Comandante hace una reflexión profunda, desde un ejercicio de autocrítica, señala desviaciones que él mismo viene detectando en un "sistema [que] no se aleja mucho del sistema del mercado capitalista". Frente a esta desviación propone y esboza la idea del Sistema Presupuestario de Financiamiento, como modelo de planificación, gestión, organización y control de dichas empresas. Basado en el acervo y legado teórico que al respecto dejara el Che Guevara (quien además logró implementar el modelo en el Ministerio de Industrias), el Comandante Chávez explica de una forma sencilla y clara los mecanismos de funcionamiento de dicho sistema, que implica por lo demás la supresión paulatina de las categorías capitalistas fundamentales a lo largo del proceso de transición: ley del valor, mercancía, propiedad privada de los medios de producción, y a su vez incorporar categorías socialistas como la planificación central, la propiedad social de los medios de producción, la conciencia del deber social, que se van corporeizando a lo largo de dicho período.
La exhortación del Comandante quedó suspendida. La tarea sigue pendiente, en aras de demostrar la viabilidad del Socialismo, no solo en la satisfacción de necesidades, sino en la transformación integral del ser humano.