Los gritos, caceroladas, insultos y amenazas que sufren a diario y desde hace meses, en la puerta de su casa, Pablo Iglesias e Irene Montero, no se puede catalogar de delito. Así lo ve la Fiscalía Provincial de Madrid que entiende que esas expresiones y gritos pueden resultar incómodos pero en ningún caso son amenazantes. Una decisión polémica que probablemente no compartirán tampoco los vecinos de la zona hartos de este hostigamiento y acoso en las puertas de sus hogares.