El 20 de Julio cómo es costumbre, el presidente da una especie de discurso sobre el estado de la Nación y posteriormente instala las nuevas sesiones del Congreso de la República. Normalmente, los medios de comunicación prestan atención a lo que el jefe del ejecutivo dice, pero en esta ocasión no fue así, pues toda la atención la ocupó un comentario desagradable, irrespetuoso y machista con el que se refirió a la Senadora Aida Avella.
"La vieja ésta" dijo de una forma sentida y despectiva, aunque minutos antes había llamado a la unión, la concordia y la armonía de todos los actores políticos, sin embargo, esto no nos debe extrañar, quienes ocupan hoy las instituciones odian a una gran parte de Colombia, y si bien hay que condenar esas palabras del señor Iván Duque, debemos tambien referirnos a su mentiroso discurso, en el que pinta a Colombia como un Estado idílico. En realidad, parece que ocurren dos cosas, por una parte Duque vive en otro mundo y por la otra, nadie lo toma en serio como gobernante por la desfachatez con la que miente.