Madrid, 11.- Los colegios electorales están abriendo sus puertas en Galicia y en el País Vasco en los primeros comicios autonómicos que se celebran en España tras declararse la crisis sanitaria de la COVID-19, que sigue activa con más de cien brotes.
Los dos procesos electorales se celebran con el fantasma de la abstención rondando una convocatoria por vez primera en verano y con protocolos de protección frente a los contagios similares, que buscan favorecer el voto con la máxima seguridad.
Gallegos y vascos se enfrentan a una nueva forma de votar, con mascarillas, guardando la distancia de seguridad de dos metros, con el lavado frecuente de manos, numerosas medidas de desinfección de superficies y evitando lugares concurridos y aglomeraciones.
Pero tanto el presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijoó, como el del País Vasco, Íñigo Urkullu, han asegurado que hay suficientes medidas para votar.
Y así esperan que lo hagan sus ciudadanos. En el País Vasco, las encuestas dan al PNV como favorito para ganar de nuevo las elecciones, a las que están llamados 1.794.313 ciudadanos, y vaticinan incluso una mejora en los resultados de hace cuatro años, lo que supondría aumentar los actuales 28 escaños, de un total de 75 en la cámara vasca.
No obstante, pese a este resultado que apuntan los sondeos, los nacionalistas vascos estarían obligados a pactar, y es previsible que opten por reeditar el pacto con el PSE-EE, que también confía en mejorar sus 9 escaños.
En Galicia, el presidente y candidato a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, espera conseguir su cuarta mayoría absoluta, que en Galicia se sitúa en el nivel de los 38 escaños, mientras que sus rivales confían en sumar una mayoría alternativa de izquierdas.
EDICIÓN Y LOCUCIÓN: ROSA IRENE MONSIVÁIS