Si no cierras las piernas puede pasar el balón por debajo de tus pies. ¡Y dos veces!. A este joven ya sabían que marcaba con las piernas bastante abiertas entonces el equipo rival no tuvo piedad. Primero un jugador le hace un año muy alevoso y al segundo el mismo jugador sale a marcar a otro rival y se come otro caño. ¡Impecable!