El confinamiento de la población durante el estado de alarma así como el hecho de no acudir a los centros sanitarios por temor a contagiarse ha llevado a que muchas personas diagnosticadas con cáncer de piel o con sospecha de tenerlo, hayan retrasado su visita al dermatólogo lo que ha podido agravar la enfermedad, en un cáncer que tiene un pronóstico casi del 100% de curación si se trata a tiempo.