La contundentes declaraciones del presidente de EE.UU, el neoyorquino Donald Trump, para contener los disturbios de estos días en el país no causaron mella en la Gran Manzana y el primer toque de queda en Nueva York en 77 años fue recibido con una nueva noche de caos, violencia, detenciones y saqueos, sobre todo en tiendas y establecimientos de Manhattan.