La Iglesia pide una contribución mensual de los fieles, como si fuera un pago a plataformas de televisión o a un periódico, para poder pagar el sueldo de sus curas.
A pesar de que recaudó en 2019 su máximo histórico a través de la casilla del IRPF, la Conferencia Episcopal denuncia que el cierre de las parroquias a causa del coronavirus ha hecho reducir las colectas del cepillo.