Madrid, 19 may (EFE).- Vetusta Morla están de vuelta con "un disco de estudio en toda regla", aunque para su elaboración hayan aprovechado el trabajo de composición de su anterior álbum, "Mismo sitio, distinto lugar" (2017), demostrando así que "crear muchas veces tiene que ver con el desecho".
"Cuando haces una canción no dejas de tomar decisiones que te llevan a sitios y que implican renunciar a otras opciones. Pero, ¿qué pasaría si volviéramos al origen y si en vez de tomar aquel camino, una canción tomara otro?", explica a Efe uno de sus miembros, Guillermo Galván, sobre el principio que conduce este proyecto.
Titulado "MSDL - Canciones dentro de canciones" (Pequeño Salto Mortal), la idea de abordarlo nace tras el histórico concierto ante casi 40.000 personas en La Caja Mágica de Madrid en 2018, pero sobre todo tras uno más intrascendental aparentemente como fue el celebrado por sorpresa ante unas 400 personas dentro de Los Veranos de La Villa.
"Todos en círculo, como si de un ensayo de la banda se tratara", ofrecieron allí un ejercicio "pedagógico" sobre la música, sobre cómo nace y, en ese sentido, también de una desnudez y honestidad que está presente en el nuevo álbum.
Mientras en "Mismo sitio, distinto lugar", que se grabó en los míticos estudios HANSA de Berlín, tenían a su alcance un número enorme de posibilidades, para este "MSDL" partieron como idea de producción de la "limitación".
"Tenemos estos ingredientes y vamos a hacer que las canciones suenen con ellos, tocando todos juntos y a la vez en un mismo espacio", se prometieron.
El resultado es un álbum producido junto a Campi Campón, como su predecesor, con Carlos Raya en las mezclas y que ellos definen como "un juego cómplice de desligarse de las canciones y de tomar las decisiones que no se tomaron entonces".
"Siempre tenemos la broma de que un disco se debería grabar cuando se acaba la gira de presentación, porque es cuando más familiarizado estás con los temas, cuando le has faltado un poco el respeto y te permites darles una vuelta de tuerca", afirma Galván al respecto.
Sorprende por ejemplo cómo "Te lo digo a ti", que fue el primer sencillo del anterior álbum, pierde su fiereza post-punk y la predominancia de lo rítmico para recoger en su lugar "un 'groove' casi negro, como de otra época, con un tratamiento muy cuidado sobre todo a nivel armónico" que lo separa de la caja de ritmos 808 con la que se hizo la original.
"Es difícil no ponerlas en la balanza con las versiones originales, pero no se trata tanto de un ejercicio de competición entre ellas, sino de amplitud. Este es un ejemplo de las distintas vidas que puede alcanzar una canción", explica.
En ese sentido, el guitarrista y compositor reflexiona sobre lo "pesados" que los músicos suelen ponerse en las grabaciones en pos de un "ideal de perfección" que al final depende de un momento vital determinado.
"A veces escucho 'Un día en el mundo' (su primer disco, de 2008) y recuerdo peleas que tuvimos porque pensáb