Almería, 22 abr (EFE).- Cruz Roja se ha convertido en la esperanza de los miles de residentes en asentamientos chabolistas de la provincia de Almería en estos momentos de pandemia, en los que ya han sido repartidos un total de 27.412 kilos de alimentos y atendidas 2.670 personas, muchas de ellas trabajadoras en el mar de plástico agrícola.
Efe ha acompañado a los técnicos y voluntarios de la ONG a uno de los repartos realizados en los asentamientos de El Hoyo, Los Nietos 10 y El Cruce, todos en la comarca de Níjar, uno de los principales focos de la agricultura intensiva, en los que han sus residentes han recibido completos lotes de productos de limpieza e higiene, así como educativos y de ocio para los niños.
"Se hacen salidas de lunes a viernes por la mañana y dos tardes a la semana. Se hacen tanto en la zona de levante como en la de poniente y lo que se hace es proveer de lo básico, tanto agua, como alimentación, productos de higiene. En esas salidas también lo que se hace es un seguimiento de cada zona para ver las necesidades, para paliar un poco más esa situación en la que están", explica a Efe Alicia Guirado, mediadora en el Departamento de Inmigración.
Tanto es así que, según datos de Cruz Roja Almería, en el año 2019 se atendieron en la provincia a 4.397 personas, de las que el 25 % eran mujeres y el 20 % menores de edad.
La mayoría de ellos, habitan cortijos rehabilitados o casas levantadas con palés, plásticos y restos agrícolas para encontrarse lo más cerca posible de los invernaderos en los que trabajan, pero también por la inexistencia de vivienda normalizada o la dificultad para acceder a ella por bajos recursos o por prejuicios, o por miedo debido a su situación irregular.
Sin embargo, también viven aquí personas que llevan varios años en España y cuentan con permiso de trabajo. Lo que no evita que la mayoría tengan dificultad para obtener un contrato de trabajo, lo que conlleva su incorporación irregular a labores con largas jornadas en las épocas de gran producción y menos horas o nada en las épocas de siembra o blanqueo.
Otro de los temores de Cruz Roja es la captación de mujeres sin redes familiares por parte de aquellos que pueden prostituirlas.
Por ello, la ONG se desplaza a más de 70 asentamientos, en municipios como Níjar, Roquetas de Mar, La Mojonera, El Ejido, Vícar, Vera o Cuevas del Almanzora. Generalmente, las personas suelen agruparse por nacionalidades, y las familias suelen ubicarse en cortijos en mejores condiciones, ocupando una vivienda, pero los que llevan menos tiempo en España y no tienen documentación habitan en chabolas o en otro tipo de alojamientos improvisados.
Guirao, que comenzó en 2014 como voluntaria y hace algo más de dos años es una de las técnicas de Cruz Roja, explica que también se buscan los "casos más vulnerables, tanto personas que quieren pedir protección internacional" como aquellas que "están en situación de trata de seres humanos".
También hacen talleres de todo tipo, entre ellos