Unas 3.500 personas se reunieron el sábado último en el oeste de Francia con el objetivo de batir el récord mundial a la mayor reunión de pitufos, justo en tiempos en los que la epidemia del coronavirus invitan a permanecer alejados de las grandes concentraciones de personas.
"Nos hemos estado preparando durante un mes, nos hemos equipado en todas las tiendas locales y pensamos que un poco de alegría nos hace bien en este momento", aseguró Isabelle, una de las participantes en la convocatoria.