Lisboa (Portugal), 14 feb (EFE).- (Imagen: Nacho Ballesteros) Lisboa, una de las más atractivas capitales europeas, esconde bajo sus calles un laberinto de túneles y galerías que fueron parte de un complejo sistema de canalización que ayudó a poner fin a la falta de agua apta para el consumo en la ciudad.
Esta "metrópoli" subterránea fue construida en el siglo XVIII como parte de un proyecto para abastecer de agua potable a la ciudad, que no podía aprovechar el río Tajo por su salinidad.