El pintor y escultor, que dejó su natal Brasil en busca de nuevos horizontes, dice haber renacido Miami, la ciudad del sur de la Florida que abraza la diversidad cultural, y con la que sostiene una relación de complicidad: Britto la ha visto crecer y ella ha sido testigo del proceso creativo que ha conducido al éxito a unos de sus más célebres hijos adoptivos.