Dicen que jugar al escondite es muy positivo para el perro.
Que, entre otras cosas, ayuda a potenciar la capacidad de búsqueda del animal a través del olfato, además de su obediencia a órdenes sencillas.
También que hacen falta dos personas, además de la mascota.
Una, se esconde, mientras que la otra se queda junto al perro y le indica, de manera verbal, las pautas que debe seguir:
“Busca a…”, “Encuentra a…” o “¿Dónde está…?”.
Eso es la teoría, pero después llega la práctica y no siempre salen las cosas como uno espera, a tenor de lo que se ve en vídeo.