Lo asombroso es que los protagonistas del affaire, dicen que repetirían.
El caimán aterrorizó a los turistas, al subir de manera repentina al bote en el que surcaban las aguas de Florida (Estados Unidos).
La embarcación fue arrastrada por el viento y quedó atascada en una orilla pantanosa a pocos metros del depredador, que descansaba en tierra firme.
Mientras el capitán trataba de poner en marcha la lancha, bromeó con los pasajeros respecto a la presencia de ese reptil:
«Desde aquí pueden alcanzarlo y darle una palmadita, ¿no creen?».
Cuando todos reían, el animal entró en la nave con rapidez y provoco el caos entre la tripulación.
Por fortuna, nadie salió herido, ya que el protagonista de ese abordaje solo deseaba zambullirse.